lunes, 19 de octubre de 2009

Punk Anarquista


Lo primero será decir que, de los anarquistas se tiene una idea muy equivocada. Algunos los consideran como inofensivos utopistas, soñadores; los tratan de espíritus quiméricos, de imaginación extravagante, como si dijeran semi-locos. Estos, debieran considerarlos como enfermos que las circunstancias puede volverlos peligrosos, pero no como malhechores sistemáticos y consientes. Otros los juzgan de muy diferente manera: piensan que los anarquistas son brutos ignorantes, plenos de odio, violentos y dementes, contra los cuales no se sabría preservarse demasiado ni ejercer una represión bastante implacable. Unos y otros están equivocados. Son utopistas, lo son a manera de sus predecesores que osaron proyectar en la pantalla del porvenir imágenes en contradicción con las de su época. Son los herederos de esos hombres que, viviendo en una época de ignorancia, de miseria, de opresión, de hipocresía, de iniquidad y de odio, entrevieron una ciudad de saber, de bienestar, de sinceridad, de justicia y de fraternidad. Estos utopistas se preguntan: ¿por qué dejamos que la evolución, siguiendo su curso, nos aleje más y más de la esclavitud moderna: el salariado, y haga del productor de todas las riquezas un ser libre, dichoso y fraternal?; ¿por qué prevemos y anunciamos la desaparición del Estado, cuya función es explotar el trabajo, quebrantar las iniciativas, avasallar el pensamiento, ahogar el espíritu de rebeldía, poner un dique a los impulsos hacia lo mejor, perseguir a los sinceros, engordar a los intrigantes, robar a los contribuyentes, mantener a los parásitos, favorecer a la mentira y a la intriga, estimular las funestas rivalidades , y cuando se siente su poder amenazado, lanzar sobre los campos de carnicería, todo lo que el pueblo posee de más sano, de más vigoroso, de más hermoso?; ¿por qué comprobando las transformaciones lentas, demasiado lentas para nuestro deseo, pero innegables, que impulsan las sociedades humanas hacia nuevas estructuras, edificadas sobre renovadas bases, consagramos nuestras energías en debilitar, para finalmente destruir, la estructura de la sociedad capitalista y autoritaria?. Algunos pretenden que los anarquistas son brutos ignorantes. Es cierto que no todos los libertarios poseen la vasta cultura ni la superior inteligencia de los Proudhon, de los Bakunin, de los Eliseo Reclus, de los Kroptkin (destacados pensadores anarquistas). Es claro que muchos anarquistas, debido a la pobreza de nuestros tiempos modernos que somos víctimas, han tenido que abandonar sus estudios y trabajar para vivir; pero, el solo hecho de haber entendido la concepción anarquistas denota una viva comprensión y manifiesta un esfuerzo intelectual del que sería incapaz un ignorante. El anarquista lee, estudia, medita, se instruye. Experimenta la necesidad de ensanchar sin cesar el círculo de sus conocimientos, de enriquecer constantemente su documentación. Lleva tan alto su culto de su ideal que observa, compara, reflexiona, estudia siempre, ya para estar en condiciones de exponerlo y hacerlo entender a los demás. Una respuesta común entre la gente frente a un punk anarquista es que son rencorosos y violentos. La verdad es que los anarquistas tienen odios; pero estos son vivaces, múltiples; pero sus odios son la consecuencia lógica, necesaria, fatal de sus amores. Odian la servidumbre, porque aman la independencia; detestan el trabajo explotado porque aman el trabajo libre; combaten violentamente la mentira, porque defienden violentamente la verdad; condenan la iniquidad porque tienen el culto de la justicia; odian la guerra, porque luchan apasionadamente por la paz. No son rencorosos por naturaleza. Son, por el contrario, de corazón afectuoso y sensible, de temperamento accesible a la amistad, al amor, a la solidaridad, a todo aquello que acerque al individuo. No podría ser de otro modo, ya que lo más claro a sus sueños y su fin, es suprimir entre los hombres todo lo que se levanta para originar luchas de los unos contra los otros: Propiedad, Gobierno, Iglesia, Militarismo, Policía, Magistratura. Según los anarquistas, los rencorosos son los ricos, que cierran los ojos al cuadro de la indigencia que los rodea y de la cual son causa directa; son los gobernantes, que decretan a sangre fría, son los condenados aprovechadores, que amasan fortuna con sangre y lodo. Los anarquistas quieren establecer la armonía libre, la ayuda fraternal, el acuerdo armonioso. Pero saben - por la razón, por la historia, por la excelencia - que sólo podrían edificar su voluntad de bienestar y de libertad para todos, sobre las ruinas de las instituciones establecidas.

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ESTUDIANTE DE INGENIERIA AGRONOMICA A PUNTO DE GRADUARME Y SALIR DE ESTE INTERNADO EL CUAL ME TIENE APRISONADO 5 AÑOS...

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